El concepto de Nación es relativamente nuevo. Por mucho tiempo, los diversos grupos humanos han asumido formas organizativas muy distintas de las que hoy conocemos. Este concepto de Nación surgió durante la Revolución Francesa, se consolidó en el siglo XIX en Europa y América y en el siglo XX en Asia, África y Oceanía. Nación se refiere a nacer. Quizá por ello la descripción más conocida es la que acuñaron las ciencias sociales sobre esta organización humana: es una comunidad de origen, cultura, religión y costumbres. Concepción que ha conducido a nacionalismos extremos que excluyen a quienes tienen otro origen étnico y exacerban con consecuencias funestas, las diferencias, los conflictos interraciales y económicos.

Mucho se ha dicho que el concepto ha sido una “invención, tan comentada en la historiografía de los últimos años, que consiste básicamente en la creación de una imagen del pasado histórico que concluye en la consecuente afirmación de la propia existencia de naciones diferentes con unos rasgos culturales determinados compartidos e interiorizados por la mayoría de los ciudadanos de la misma”.

Hay naciones que se han desarrollado con habitantes de un mismo Estado y por ello se tiende a identificar ambos términos. Así, por ejemplo, se habla indistintamente del Estado colombiano y de la Nación colombiana. Pero en el interior del Estado conviven diferentes grupos sociales, resultado de la inmigración y de la propia diversidad cultural de la población. Los términos Estado y Nación no significan lo mismo. Estado es una entidad política y administrativa; el concepto de Nación hace referencia al sentimiento de pertenencia a una comunidad, por razones históricas, étnicas, lingüísticas o religiosas. Sus partes constitutivas son el idioma, la historia común, el territorio habitado o abarcado, la memoria y la conciencia nacional o de identidad que se concretan en la disposición por los mismos propósitos y valores.

Según José Ramón Narváez, en términos de representación, la Nación es aquella unidad de responsabilidad de donde emana el poder, aquel reducto más puro donde la voluntad de una comunidad llamada Estado, puede encontrarse aún sin tantas enmendaduras. En términos novohispanos puede ser territorio, puede ser jurisdicción como hemos venido aludiendo de algunas maneras.

La Nación es una formación histórica constituida por una matriz subjetiva y cultural que comprende la lengua, los usos, las costumbres, la tradición, la mitología, la religión y la psicología común.BIBLIOGRAFÍA

– Lucas Codesido, La idea de “Nación” en el lenguaje político hispanoamericano, 1808-1814 : los límites monárquicos de la imaginación liberal. Temas de historia argentina y americana, #18, 2001, p. 167.

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