A causa de la guerra de  independencia de México, todas las artes sufrieron un estancamiento, y no fue si no hasta 1847 cuando la academia de Bellas Artes de San Carlos, abrió nuevamente sus puertas, mostrando una apertura a las tendencias europeas a cargo del pintor Pelegrí Clavé de nacionalidad española, quien duró poco tiempo en la dirección de la Academia de San Carlos.

La pintura de este periodo se caracterizó por pertenecer al estilo costumbrista, los trabajos se apegaron más hacia el paisaje en el ambiente del siglo XIX. Marcada influencia del neoclasicismo europeo se dio en la construcción de iglesias, palacios y diversos edificios públicos. El arte a finales del siglo XIX y principios del siglo xx tuvo una marcada tendencia afrancesada y elitista en la pintura, la arquitectura y la escultura, que posteriormente desapareció con los movimientos populistas.

Al hablar del arte mexicano de los siglos XIX y principios del XX, es necesario mencionar  la Real Academia de San Carlos de las nobles artes, fundada el 25 de diciembre de 1783. Arquitectura, pintura y escultura fueron las materias que se impartieron. Como formadora, bajo unos criterios clásicos y severos, tuvo un rompimiento radical en la segunda década del siglo XX, cuando el arquitecto Antonio Rivas Mercado fue destituido como director luego de una huelga promovida por el artista Gerardo Murillo conocido mejor como Dr. Atl, quien estaba en contra de los modelos que obstaculizaban la enseñanza.

Fue precisamente la Academia de San Carlos quien trajo a los primeros maestros Europeos para formar a artistas mexicanos. En esa época la corriente que estaba de moda en Europa era el Neoclásico, y su influencia más marcada se dio en la arquitectura, con la construcción de iglesias, palacios y edificios públicos, bajo la dirección de arquitectos españoles y criollos. El más notable de ellos fue el Español Manuel Tolsá, autor de la última fase de la catedral de México y quien también realizara el hospicio Cabañas de Guadalajara y el palacio de minería en la ciudad de México. Realizó también la escultura el caballito, que es la estatua ecuestre del Rey Carlos IV.  Otro arquitecto importante fue Antonio Rivas Mercado, quien realizó entre otras obras, el palacio de gobierno de la ciudad de México y el teatro Juárez en Guanajuato.

En el siglo XIX, el máximo exponente de la pintura de paisaje fue José María Velazco, quien mediante la profundidad espacial y una gama cromática muy amplia, presento presentó en su obra la majestuosa belleza del valle de México y sus alrededores.

La llamada pintura independiente o popular, ajena a la academia de Bellas Artes, surgió como una manifestación más del arte Neoclásico mexicano, inclinándose más a la representación de los temas populares que a poner en práctica teorías estéticas; los temas más utilizados por esa tendencia fueron el retrato y el bodegón.

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