Continuando con la fase de aplicación del proceso de consultoría y una vez visto el tema de “Capacitación y perfeccionamiento del personal del cliente”, es importante conocer algunas directrices tácticas para la introducción de cambios en los métodos de trabajo. A continuación se presentará un resumen de algunas de las directrices prácticas sobre cómo introducir nuevos métodos de trabajo y ayudar al personal a dominarlos sin grandes dificultades. Continuaremos con lo que nos presenta Kubr en su libro La consultoría de empresas: guía para la profesión.
El cambio debe ponerse a prueba individualmente a medida que se pasa de lo general (identificación) a lo concreto (interiorización).
En consecuencia, siempre que sea factible, el consultor debe tratar de introducir el método aprobado como un plan que se aplica a todo el grupo, en el que las diferencias individuales se pueden reducir a un mínimo (a menudo como resultado de las presiones normales del grupo, unidas al hecho de que no existe la posibilidad de establecer métodos individuales especiales).
Táctica 2. Práctica separada
Si se producen nuevos métodos en períodos relativamente cortos y se prevén amplios períodos de descanso, la mejora del rendimiento se produce con más rapidez profundidad y durabilidad que si se emplean períodos de práctica continua o concentrada.
Cuando se utiliza el método de la práctica separada y los resultados se comparan con los del método de la práctica continua o concentrada para el mismo período:
- La mejora es rápida.
- La mejora es mayor.
- La mejora dura más tiempo.
En consecuencia, el consultor tiene interés en considerar la posibilidad de introducir cambios graduales utilizando periodos de prácticas relativamente cortos en lugar de recurrir a una sola gran aportación de capacitación.
Táctica 3: ensayos
Es un hecho que cuando se requiere pericia los resultados mejoran constantemente con la práctica separada, a condición, por supuesto, de que se apliquen los procedimientos correctos. Es innegable el hecho de que el rendimiento, que se puede medir, siempre mejora con la práctica. La práctica constante puede conducir con el tiempo a una situación conocida como superaprendizaje en que la rutina y los procedimientos pasan a ser reacciones prácticamente automáticas.
Por consiguiente, el consultor debe prever la capacitación apropiada y sesiones de prácticas (ensayos) al introducir nuevos métodos.
Táctica 4: paso de lo conocido a lo desconocido
Existen considerables pruebas de que el conocimiento de una técnica anterior puede tener un efecto de transferencia positivo o negativo sobre la adquisición de una nueva técnica.
El consultor suele topar al comienzo con la necesidad de una fase de “descongelamiento” destinada a acabar con viejos hábitos. Por sorprendente que parezca, para facilitar el nuevo aprendizaje suele ser más eficaz que la persona que aprende esté en un estado de “ansiedad” más que en una situación “confortable”, es más probable que elija la información que lo mantendrá en ese estado, para reforzar viejos hábitos en lugar de buscar nuevos métodos.
El consultor puede utilizar este dispositivo para despertar la atención mostrando que los procedimientos “conocidos” ya no son adecuados para los fines actuales. Si pasa directamente de la introducción de nuevos métodos sin poner fin a las prácticas establecidas, existe el grave peligro de que se produzcan efectos de transferencia negativos.
Hasta aquí dejaremos la sección de las tácticas para la introducción de los cambios en el método de trabajo. En la siguiente entrada daremos continuidad al tema describiendo las tácticas 5, 6 y 7 que nos sugiere Kubr.
Fuente:
KUBR, M. La consultoría de empresas: guía para la profesión. 3. ° ed. México: Limusa (Noriega Editores), 2008. 955 p.
ISBN: 9789681859084
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