En todo lo que hacemos tendemos a atribuirle cierto valor o calificación y no solo a lo que hacemos sino también a lo que los demás hacen y dicen, a las circunstancias o situaciones así como a las cosas. Nos es muy difícil no emitir juicios de valor, en todos nuestros quehaceres y situaciones calificamos de bueno o de malo, de acuerdo a lo aprendido en los diferentes contextos como la familia, durante nuestra vida y lo que se nos enseño que es aceptable o inaceptable.
Y considerando al valor parte fundamental de la vida de las personas. Los orígenes de “la teoría de los valores parte del resultado de ciertas corrientes de los siglos XIX y XX, en particular en la ética y en la economía política. Si bien en el campo filosófico nos encontramos con numerosas referencias sobre el valor a nivel ético y moral, particularmente en la obra de Platón y Aristóteles, no hay duda que sólo en autores como Nietzsche se adentra a sustentar y fundamentar una teoría de los valores.”(Tomado del texto “la evaluación como juicio de valor”, de Hugo Cerda)
Los valores constan de dos polos a los que se le denomina como “polaridad del valor” lo que nos da a entender que los valores pueden ser jerarquizados u ordenados por los seres humanos de acuerdo a sus criterios y prioridades.
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