Al darse la conquista de América los españoles y los portugueses en primer lugar y posteriormente los ingleses traen a este nuevo mundo sus costumbres y su cultura y con ello traen también la arquitectura y en general todas las manifestaciones artísticas en boga durante el virreinato. Así se fueron asentando los españoles en la Nueva España y se logró un sincretismo cultural y un mestizaje en lo social. Durante el virreinato se construyeron imponentes catedrales, grandes monasterios y fastuosas construcciones urbanas y fuertes casonas rurales como demostración de su poder y dominio. Crearon un nuevo estilo de vida, apoyados tanto por la iglesia como por la corona.
Los indígenas aportaron sus conocimientos de colorantes, de aglutinantes y de otros elementos que ya dominaban como la talla en piedra. Como la iglesia era la principal generadora de encargos, los maestros siguieron sus parámetros en cuanto al contenido y la forma.
En sí la arquitectura colonial, ya sea civil o religiosa, tuvo influencia dependiendo de la época, de las distintas corrientes artísticas que se desarrollaban en Europa como son: El renacimiento, el barroco, y el neoclásico como las más importantes.
Los conventos se componían de: atrio rodeado con un muro, cruz atrial, capilla abierta, capillas posas, iglesia, sacristía, celdas y huerta. Los espacios fueron creados por la necesidad de los frailes de evangelizar a la comunidad indígena.
Las esculturas en piedra y madera realizadas por los indígenas se basaron en reproducciones de grabados y estampas tomados de los libros que los misioneros utilizaban para la catequización.
Las primeras pinturas surgen de la necesidad de contar con imágenes para evangelizar. Las técnicas de la pintura son: óleo, temple y mixtas y emplearon la madera y telas de algodón y lino como soporte para pintar.
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