Estilos artísticos islámicos en la edad media.
La civilización islámica no se compone solamente por grupos árabes, el islam es la religión que unificó a una gran variedad de grupos étnicos en el norte de África, Oriente Medio y Europa (por conquista). En España los árabes, dominaron durante buena parte de la Edad Media y fue hasta 1492 cuando los últimos árabes fueron derrotados y desterrados de territorio español.
Con el traslado de la corte a Damasco en el año 661, por la dinastía Omeya, la arquitectura religiosa y civil tuvo un importante impulso que se tradujo en el desarrollo de ciudades y la construcción de las primeras Mezquitas. La dinastía Abasí, que sucedió a la Omeya estableció la capital en Bagdad.
En el arte Islámico se desarrolla un modelo decorativo que se basa en la repetición y acumulación de figuras abstractas y geométricas para representar el mundo armónico de Alá su Dios, una concepción oriental del universo.
Sin embargo también comienza a crearse una idea artística, una unidad de criterios que los hace poco a poco abrirse paso a un modo de ser y pensar que se reflejará con nitidez en sus realizaciones artísticas, movidas por una profunda fuerza espiritual.
El gran desarrollo del azulejo y la yesería, que permitían la repetición sin límite de un mismo motivo, se debe a ésta peculiaridad, y constituye uno de los elementos que mejor ejemplifican la fuerza unificadora del Islam.
En el alfabeto árabe de esa época, no existían los puntos que separan una letra de otra, el lector debía hacer un esfuerzo para interpretar la lectura según el contexto, lo que generalmente no suponía un gran problema ya que el lector era el escritor mismo. Este hecho garantizó que el texto del Corán no fuera alterado y facilitó su transmisión a más personas.
Pese a la variedad de formas que adoptan las mezquitas, todas ellas tienen elementos comunes, como: la amplitud de las salas de oración, el patio porticado de acceso con la fuente para las abluciones.
La pintura islámica se desarrollo poco ya que para los musulmanes la figura humana no se podía representar para no caer en la idolatría, lo que alcanzó un alto grado de perfección fue la caligrafía que se aplicaba en las edificaciones con versículos del Corán.
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