El arte Románico fue el primer estilo internacional de la cultura occidental, expresión artística de una Europa medieval unida culturalmente por el Cristianismo. La influencia romana es innegable, cuenta también con influencias paleocristianas, bizantinas, prerrománicas e, incluso, islámicas.
Durante el siglo X una serie de crisis, invasiones y epidemias generaron un clima de angustia que posibilitó el triunfo de la profecía del Apocalipsis, pero pasado el año mil. Los monasterios se convirtieron en centros de poder y de cultura, que se impusieron por toda Europa en el fomento de las peregrinaciones y en la construcción de abadías a través de las que se difundió el Románico por toda la Cristiandad.
El arte Románico es considerado como la manifestación artística de la sociedad feudal, no sólo se trataría de arte monástico sino también aristocrático, exhibiendo su poder mediante el arte.
Durante un primer periodo románico (1000-1075) es un arte aún pobre y funcional, aunque se generalizan las bóvedas de cañón, los arcos fajones y las cúpulas sobre el crucero.
En el Románico Pleno de 1.075 a 1.150 asistimos a la época de máximo desarrollo del estilo, es cuando aparecen los deambulatorios y se desarrollan las tribunas. En el Románico Tardío (segunda mitad del siglo XII) se realizan importantes catedrales románicas por toda Europa.
A lo largo del Románico se generalizan las plantas de cruz latina, formadas por una o más naves longitudinales más otra transversal, el crucero se sitúa en la intersección de ambas y como remate formando la cabecera, las capillas semicirculares.
Situadas en el Románico Pleno, son las construcciones más completas y monumentales, situadas en las principales rutas de peregrinación. Estas iglesias tienen tres naves con transepto, pero en este caso no está desarrollado como en las de planta de cruz latina, y la cabecera se remata con tres ábsides semicirculares.
De plantas muy variadas, construidas con peores materiales y más pequeñas, son numerosísimas. Dependían de los señores laicos o eclesiásticos y no de grandes monasterios o de las catedrales de ciudades importantes.
Sus características son fijas: su núcleo central es el claustro, un patio porticado, rodeado de cuatro galerías con arcos sobre columnas sencillas o, por pares; alrededor se ordenan las demás dependencias, iglesia, sala capitular, refectorio, cocina, dormitorios. En construcciones civiles destacan los palacios urbanos y castillos campestres.
La escultura románica aparece en el siglo XI, siendo al principio copia de obras de marfil, metal, telas, miniaturas.
En su momento clásico, el siglo XII, las figuras están ya concebidas y definidas por su marco arquitectónico, lo que obliga a variar el canon, más alargado y a imprimirles mayor movimiento.
En su última época, se caracteriza por su profusión, su riqueza en movimientos y ropajes, con múltiples plegados, por conseguir mayores volúmenes y expresiones más naturales, se va olvidando su función arquitectónica, logrando independizarse poco a poco de ésta, se evoluciona hacia un arte más narrativo y claro, que se encamina ya hacia el naturalismo gótico.
Pintura sobre un revoco fresco de cal. La más utilizada (pintura mural).
En la pintura sobre tabla de los frontales de los altares, antecedentes de los retablos posteriores.
Siguen una amplia tradición cristiana en la iluminación de códices y libros.
Las miniaturas siguen una amplia tradición cristiana en la iluminación de códices y libros.
La luz no crea volúmenes, es una pintura plana. Pintura bidimensional, sin paisaje ni perspectiva. Fondos uniformes, de un solo color o formando bandas paralelas de diferentes colores.
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