Ya lo dice Kubr en su libro La consultoría de empresas: Manual del consultor, “En la consultoría de empresas, las entrevistas son ciertamente la técnica más utilizada para la recopilación de datos, junto con la recuperación de los datos registrados”. Una de las ventajas que presenta la entrevista como una fuente de datos, es que es flexible: si el consultor nota que las preguntas que está realizando no están dando el resultado esperado, entonces puede probar con otras, hasta obtener la información que necesite. A continuación un resumen de este tema, basado en el libro mencionado al inicio.

adm005_04_06Al planificar las entrevistas, el consultor determina qué datos desea obtener, de quién, cuándo, dónde y cómo.

Qué datos. Al fijar los datos que necesita, el consultor tiene en cuenta los conocimientos que puede esperar tenga el entrevistado.

A quién se debe entrevistar. Como es obvio, los entrevistados deben estar relacionados con las actividades objeto de estudio. Para obtener la plena cooperación y evitar que se ofenda a alguien, sin embargo, el consultor debe hablar primero con el director responsable y dejar que éste designe a los informadores.

Momento de la entrevista. La información obtenida de las entrevistas tiene más sentido si se reciben en un orden lógico. Por consiguiente, las entrevistas deben seguir una secuencia con el fin de que cada una se base en la información derivada de las anteriores. Deben ir precedidas de un estudio meticuloso de los registros, con el fin de que no sea necesario recurrir a entrevistas largas para acopiar datos que se pueden conseguir de otra manera.

Dónde reunirse. Para elegir un lugar de reunión conviene tener presente lo siguiente:

– proximidad a la actividad objeto de estudio;

– comodidad del entrevistado;

– evitación del ruido y de las interrupciones.

En general una persona está más relajada y es más comunicativa en su propio entorno. Por otro lado, tiene allí toda la información a la mano.

Cómo actuar. Durante la entrevista, el consultor puede tropezar con una resistencia inesperada, que pude manifestarse de múltiples formas. Si esto sucede, el consultor debe pensar rápidamente si no está él mismo provocando la resistencia con preguntas agresivas o poco delicadas o interrogando sobre cuestiones que el informador considera banales o mal preparadas. Puede ser una buena táctica preguntarle al informador directamente qué piensa sobre la entrevista. Sin embargo, no tiene mucho sentido continuar con una entrevista en que el informador se niega claramente a cooperar.

Con esto podemos ver que la entrevista es todo un arte. Con la disposición y práctica adecuada el consultor podrá obtener el mayor provecho de estas enfrentándose a mínimos tropiezos en su realización. Y recuerda… la entrevista es una de las mejores formas de obtener información.

Fuente:

KUBR, M. La consultoría de empresas: guía para la profesión. 3. ° ed. México: Limusa (Noriega Editores), 2008. 955 p.

ISBN: 9789681859084

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