Para cada profesión existe un conjunto de normas éticas reconocidas por sus miembros. Estas normas constituyen la pauta del comportamiento que se considera apropiado y el que no en la práctica de la profesión. La consultoría, al ser una actividad que requiere conocer y manejar mucha información del cliente, posee normas éticas que pueden ser más rígidas cuando se comparan con las de otras profesiones. Para conocer más sobre el tema, se presenta a continuación un texto basado en el libro Cómo ser un consultor exitoso, de William A. Cohen, mismo que recomendamos ampliamente al lector.
Como se ha comentado, las tareas primordiales de un consultor son realizar un estudio diagnóstico, recaudar datos, el desarrollo y evaluación de alternativas para poder dar algunas soluciones a una problemática específica de una empresa.
Las consultorías de estrategia son las que se especializan en los estudios, pues en general las empresas de consultoría tienden a que el consultor participe de manera activa en la implementación de sus recomendaciones y posteriormente se quede a verificar que el cliente se beneficie de su trabajo. Así mismo, un buen consultor se preocupa tanto de la producción como del producto.
Existen consultorías que sólo se preocupan y no se ocupan por eliminar productos no sustentables o aumentar la producción de ciertos productos y posibles conflictos de interés, la falta de confidencialidad y otros temas éticos han generado estándares profesionales con que los consultores deben cumplir.
Cada empresa de consultoría ha establecido códigos de ética profesional y todos los integrantes deben garantizar cumplirlos.
El código de ética de los consultores
A pesar de que los códigos pueden variar, todos los estándares buscan proteger al cliente. Entre estas cláusulas se pueden encontrar:
- Confidencialidad y resguardo de información.
- La consultoría no puede beneficiarse de los conocimientos que adquiera de los clientes.
- No está permitido atender a la competencia de una empresa que ya se atendió.
- El consultor no puede garantizar resultados específicos, ya que muchas veces dependen de factores ajenos al consultor.
- Cada proceso, método o técnica que el consultor desarrolle en una empresa debe ser explicado para que se pueda echar mano de él sin que el consultor tenga que volver a asesorar.
- Las cuotas adicionales o ayuda de consultores intermediarios no es aceptable.
Podemos decir entonces, que cuando se trabaja como consultor se desempeña un papel de autoridad y liderazgo, ya que se ayuda a entrenar al personal para que mejore su situación o bien, que supere un problema, lo que un consultor irremediablemente tendrá que afrontar son interrogantes de tipo ético y aunque en ocasiones puede resultar difícil desempeñar el trabajo apegado estrictamente a las normas éticas, créame que los beneficios valen la pena.
Fuente:
COHEN, William A. Cómo ser un consultor exitoso. Bogotá, Editorial Norma. 2003. 360 p.
ISBN: 9580473234
0 Comentarios