La siguiente lectura fue tomada del blog “Noticias de salud” y fue publicada el día martes 26 de abril de 2011. La fuente de información es del periódico “El País” y nos comentan sobre la importancia de las bacterias en nuestro sistema digestivo.
En los intestinos de cada persona viven unos 100 billones de bacterias de centenares de especies diferentes. Esos microorganismos ayudan a convertir los alimentos en energía, a destruir toxinas, a producir determinadas vitaminas o aminoácidos y a proteger al organismo frente a muchos patógenos; a cambio, el sistema digestivo les da alimento y hábitat. ¿Son todos los intestinos humanos más o menos iguales a efectos de la colonia bacteriana del aparato digestivo? Un equipo internacional ha identificado tres tipos de ecosistemas de microorganismos claramente distinguibles y en cada uno predomina un género u otro de bacterias. Además, estos tres tipos de flora intestinal son independientes de factores como de la edad, el sexo o la distribución geográfica de las personas. Las colonias bacterianas proporcionan así una nueva huella biológica que algunos comparan con el grupo sanguíneo.
Los investigadores se plantean si estos tres tipos de colonias responden de modo diferente a medicamentos y dietas. “Cada uno de estos enterotipos tiene una cierta composición de bacterias con funciones específicas, por ejemplo, en la producción de energía a partir de la degradación de fibras de la dieta o la formación de ciertas vitaminas”, explica Oluf Borbye Padersen (Universidad de Copenhague), uno de los autores del hallazgo, presentado en Nature.
Ellos distinguen los tipos por el predominio de tres géneros diferentes de microorganismos, que pueden estar presentes siempre, pero en distintas proporciones: Bacteroides, Prevotella y Ruminococcus, cada uno asociado a diferentes preferencias de nutrientes, como carbohidratos, mucopolisacáridos y azúcares. El grupo Bacteroides tiene más bacterias que producen vitaminas C, B2, B5 y H, mientras que en el Prevotella predomina la fabricación de B1 y de ácido fólico.
En la investigación, en la que participan científicos de instituciones de Barcelona, se han analizado muestras, sobre todo heces, de 39 individuos de Europa, Asia y Norteamérica, a los que añaden datos previos de otros 140 -el muestreo se extenderá a Australia y Sudamérica-. La estrategia no es caracterizar los centenares de especies de bacterias, sino aprovechar los análisis de ADN y las comparaciones con las bases de datos para identificar los genes que delatan la presencia de los diferentes microorganismos.
Además de los tres grandes tipos, los científicos, liderados por Peer Bork, del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (en Alemania), han descubierto algunos marcadores genéticos de los microorganismos interesantes. “El hecho de que haya genes bacterianos asociados con rasgos como edad y masa corporal indica que puede haberlos también para la obesidad o enfermedades como el cáncer de colon, lo que tendría implicaciones para los diagnósticos médicos”, dice Bork.
La investigación (del proyecto MetaHit de la UE) genera por ahora más incógnitas que respuestas. ¿Por qué, pese a la gran diversidad de flora intestinal, existen grupos como estos tres extendidos en las poblaciones humanas? Los científicos no lo saben.
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