adm007_06_01Debido a las catástrofes financieras que se han experimentado en los últimos años, organismos internacionales han ideado planes y estrategias que permitan prever dichas catástrofes. Un acuerdo muy mencionado en el medio es el acuerdo de Basilea que intenta normar de forma externa muchos de los funcionamientos de empresas financieras para contrarrestar los enormes riesgos que estas conllevan en la actualidad.

Para dar continuidad a la temática que hemos iniciado, presentamos a continuación algunos párrafos tomados de un documento disponible en línea, cuyo enlace se muestra en la última parte de este texto.

El establecimiento de un proceso de gestión integral de riesgos en las entidades de intermediación financiera, tiene como marco referencial lo dispuesto en el Pilar 2 del Nuevo Acuerdo de Capital, los principios sobre Gobierno Corporativo , ambos documentos formulados por el Comité de Basilea para la Supervisión Bancaria.

Basilea II se articula en torno a tres pilares: i) el Pilar 1 hace referencia a los requerimientos mínimos de capital por riesgo de crédito, operativo y de mercado, incluyendo metodologías alternativas para su cálculo y medición con un alto contenido de innovación; ii) el Pilar 2 se refiere al proceso de examen supervisor o revisión supervisora, es decir, al trabajo que debe realizar el organismo regulador a fin de vigilar que la suficiencia de capital de las EIF guarde la debida consistencia con su perfil global de riesgos y con sus estrategias de gestión; y iii) el Pilar 3 tiene como objetivo propiciar la disciplina de mercado y la transparencia de la información a través de la divulgación.

Si bien los tres Pilares hacen referencia, de manera directa o indirecta, a las acciones que deben realizar las empresas financieras para el establecimiento de sistemas de gestión integral de riesgos con miras a mantener el capital necesario para cubrir dichos riesgos, resulta por demás evidente que la orientación del proceso de gestión de riesgos va más allá. La implementación de mecanismos y herramientas de gestión de riesgos, permite que las empresas puedan adoptar acciones preventivas en el día a día de sus actividades, con el propósito de disminuir la probabilidad de incurrir en pérdidas o de minimizar las mismas, cuando se materializan los eventos adversos que amenazan a las EIF.

Muchas de estas reglas de Basilea son consideradas en los regímenes mercantiles de los países y por decisiones propias de las empresas, pues estas respaldan las empresas y dan confianza en ellas haciéndolas más atractivas en el mercado externo.

Fuente:

Guía para la gestión de riesgos [Fecha de consulta: 17 de agosto de 2015]. Disponible en: https://www.asfi.gob.bo/Portals/0/Documentos/GuiasRiesgos.pdf

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