La vocación agrícola del país permite estimar incrementos importantes en la productividad de la superficie disponible de cultivo; sin embargo, en el caso del maíz producto alimenticio emblemático del campo mexicano se reporta un déficit productivo de varios millones de toneladas, lo cual influye en el encarecimiento de los alimentos que forman parte importante de la dieta cotidiana de los mexicanos, en el presente artículo veremos la situación que nos presenta el autor, en lo referido a la producción de esta grano, analicemos y concluyamos.

shutterstock_23341465En México, el maíz es, de lejos, el cultivo más importante. A pesar de que su producción “no es negocio”, al decir de la inmensa mayoría de campesinos que lo cultiva, se siembra entre 6 y 7 millones de hectáreas de tierras de temporal, la mitad de la superficie actualmente en uso. Otros agricultores, quienes sí lo encuentran rentable por su acceso a créditos oficiales con costos bajos y sistemas privilegiados de comercialización, lo siembran en otras 1 o 2 millones de hectáreas bajo riego, ocupando más de la cuarta parte del área abierta al riego. Hasta aquí podemos llegar con los números oficiales para describir lo que está pasando con el maíz en el agro mexicano. Para una descripción más fina de la economía habrá que recurrir a un manejo creativo de la información y la extraordinaria riqueza de las experiencias campesinas, contadas por ellos mismos y por los pocos estudiosos del campo que se dedican a este segmento tan rezagado de la economía nacional.

Para seguir con nuestra descripción del maíz en México, será preciso plantear algunas preguntas rectoras para guiar al lector en la comprensión de la singularidad de la economía mexicana del maíz. Hoy en día, por ejemplo, el precio oficial del maíz está debajo del precio en el mercado, y ciertamente por debajo de su precio internacional de referencia. Y, sin embargo, se sigue sembrando, aun superando las extensiones plantadas en los mejores años de antaño. Así, la primera pregunta que surge es ¿por qué se sigue produciendo maíz mexicano?

Pero el maíz no se produce solo. Requiere de la colaboración de grandes contingentes de personas quienes trabajan para preparar las tierras, cuidar los plantíos y realizar la cosecha. Gran parte de la cosecha de temporal presenta sus propios retos, requiriendo una intensa labor con personas que no pueden ser pagadas por el valor de su tiempo o de sus esfuerzos, ya que el maíz no “vale” lo suficiente para costear el gasto. La segunda pregunta, entonces, es, ¿por qué la gente sigue trabajando en la milpa, la unidad campesina tradicional donde gran parte del maíz de temporal se produce, si no se le puede compensar correctamente?

shutterstock_10584919Finalmente, nuestras investigaciones revelan, repetidamente, que los campesinos se encuentran en la necesidad de trabajar fuera del campo para poder seguir cosechando. Es poco entendido, pero ampliamente conocido, que millones de mexicanos y mexicanas salen de sus comunidades para trabajar duro para que sus familias puedan quedarse y que ellos puedan regresar. La última pregunta es ¿por qué sigue creciendo la población rural? A pesar de sus penurias, y a pesar de las conocidas ventajas ofrecidas en las grandes y medianas ciudades del país —y de las oportunidades en el extranjero—

¿por qué siguen mandando dinero y mercancías a sus pueblos, para que la gente allí se quede?

A estas interrogantes nos dirigimos, y tendremos éxito en la medida que logremos explicar estas aparentes contradicciones: como la insensatez, la irracional economía nacional del maíz no simplemente sobrevive, pero sigue expandiéndose, gracias a la dedicación de su gente y de los pueblos que la componen. Pero para llegar a explicar esta nueva verdad, esta realidad que traicione a la ciencia, habrá que avanzar por pasos, aprovechando la experiencia de los que están construyendo sus mundos y, en el proceso, obligándonos a reescribir los libros de texto, invitándonos a elaborar un nuevo método.

De esto podemos concluir que los legisladores deben estar convencidos de que una nueva política agroalimentaria debe discutirse ampliamente y de frente a la sociedad, ya que la tarea legislativa exige información técnica más precisa al momento de proponer nuevas leyes para impulsar el desarrollo rural de México.

Fuente:

Disponible en:

http://www.pa.gob.mx/publica/rev_22/David%20Barkin.pdf  Consultado en fecha 30/11/2016

Categorías: Noticias

0 Comentarios

Deja un comentario

Marcador de posición del avatar