Hola y bienvenido a tu blog de las matemáticas discretas. En esta ocasión dedicarás tu tiempo al estudio de los conectores lógicos y sus tablas de verdad así como entender la forma en que funcionan y por su puesto la forma en que permiten formalizar de todo tipo de cuestiones basadas en los enunciados y preposiciones.

Sin embargo no quisiera que pienses que todo esto es aburrido y solo una parte más de las matemáticas, de hecho, esto está fuertemente ligado a muchos momentos cotidianos de la vida e incluso algunas personas se han dado tiempo de crear pequeños cuentos con la intensión (o quizá sin ella) de hacer gala del uso de los conectores lógicos para hacer sus escritos un tanto más elegantes.

Por ejemplo leamos algunos de ellos:

El bosque

Esto era un niño pobre y feliz que se perdió en el inmenso bosque de calles y edificios de una gigantesca ciudad. Lo encontró y adoptó una experta en Bolsa del próspero distrito financiero.

Nunca volvió a ser pobre… Ni feliz.

Epiménides

Otros ejemplos como el siguiente se basan en el estudio de las paradojas como lo dicho por el filósofo Epiménides:

Epiménedes era un poeta cretense que vivió en torno al siglo VI antes de Cristo y dijo: “Todos los cretenses son unos mentirosos.” Esta afirmación, viniendo de Epiménides, desembocaba en un resultado paradójico, porque si un cretense daba por hecho que todos los cretenses eran unos mentirosos (hay que convenir en que un mentiroso miente “siempre”) resultaría que no era verdad la afirmación, y que, por lo tanto, los cretenses decían la verdad. ¡Ah!, pero si decían la verdad, cuando el cretense Epiménides aseguraba que todos los cretenses eran mentirosos es porque eran unos mentirosos. ¡Ah!…

También hay algunos como el siguiente que nos dan una lección sobre nuestras acciones a la vez que implementa de forma elegante el uso de los conectores condicionales.

El rey sabio

Había una vez un rey que respondía con sabiduría todas las preguntas que le hacían; cada súbdito que se presentaba ante él salía con la respuesta justa a su pregunta.

Cierto día un joven celoso de su sabiduría se propuso tenderle una trampa, iría donde el rey y con pequeño pájaro en su mano le preguntaría si éste estaba vivo o muerto, si el rey decía que estaba vivo, él apretaría al pájaro en sus manos y al abrirlas éste habría muerto… y el rey se habrá equivocado; si contestaba que estaba muerto éste lo dejaría volar… y el rey se habrá equivocado, se sentía orgulloso su plan no podía fallar.

Fue así que llegó ante el rey y expuso su pregunta:

– “Dime si éste pájaro que tengo en mis manos está vivo o está muerto”

El rey luego de mirar al joven a los ojos le respondió:

– “Querido amigo porqué me preguntas eso a mí si la respuesta está en tus manos”.

Cuentos como estos existen muchos en la cultura popular de casi todo país y regularmente se usan como reforzadores para los valores morales en una sociedad, por ello al mismo tiempo contienen ideas bien plasmadas y razonamientos plasmados de modo de parecer muy sencillos de entender y al mismo tiempo de valen de la lógica para lograr este grado de coherencia.

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